Un reptil puede aportar pistas sobre origen de los dinosaurios

Una nueva especie de reptil que vivió hace 237 millones de años, descubierta en el sur de Brasil, podría aportar nuevas pistas sobre el origen de los dinosaurios, según afirmaron este lunes los paleontólogos responsables del hallazgo.

El fósil, de la especie Gondwanax paraisensis, fue descubierto en una roca en Paraíso do Sul, en el estado de Río Grande do Sul (sur), y donado al Centro de Apoyo a la Investigación Paleontológica en enero de 2024, según informó la Universidad Federal de Santa María en un comunicado.

Se trata de uno de los esqueletos más antiguos de este linaje y, a partir de la reconstrucción de la especie, se estima que el reptil habría alcanzado alrededor de un metro de longitud.

Como no se recuperaron dientes ni elementos craneales, no fue posible precisar sus hábitos alimentarios, aunque se puede inferir que fue herbívoro u omnívoro como la mayoría de los animales relacionados con él.

Algunos investigadores creen que estos animales, recientemente descubiertos y clasificados dentro del grupo de los silesáuridos, pueden haber sido precursores muy cercanos de los dinosaurios, mientras que otros sugieren que, más que precursores, eran verdaderos dinosaurios.

El debate nace porque los silesáuridos tienen características propias de los dinosaurios, pero también contienen algunas que todavía son consideradas bastante más primitivas.

Para la Universidad, este hallazgo «resalta la importancia de Brasil en el escenario internacional del estudio del origen de los dinosaurios» y además revela «detalles hasta ahora desconocidos» de los ecosistemas terrestres durante la Era Mesozoica».

En 2021, la región de Río Grande do Sul fue reconocida como la tierra de los dinosaurios más antiguos del mundo por el Libro Guinness de los Récords, ya que allí se descubrieron cristales de zircón, un mineral que data de hace más de 230 millones de años. EFE

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Descubren al mayor reptil marino de la historia

Los paleontólogos ya saben que los ictiosaurios, reptiles marinos extintos, eran enormes. Ahora, los científicos han descubierto en Inglaterra los restos de una nueva especie de ictiosaurio que pudo haber medido más de 25 metros de largo y que vivió hace 200 millones de años en la vieja Tierra.

Inicialmente, un padre y su hija encontraron la primera pieza y se pusieron en contacto con el experto en ictiosaurios, el investigador Dean Lomax de la Universidad de Manchester, Reino Unido, y sus colegas, quienes encontraron otro trozo gigante de hueso en la playa Blue Anchor en Somerset que resultó ser un fragmento de mandíbula de un ictiosaurio gigante.

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“Cuando mi equipo describió el primer espécimen en 2018, mostró características inusuales que sugerían que podría representar algo nuevo. Sin embargo, nos abstuvimos de darle un nombre, considerando que estaba incompleto y también parcialmente erosionado”, comenta el autor principal del estudio.

Excavaciones posteriores en la playa dieron como resultado el hallazgo de 11 fragmentos más, lo que permitió al equipo reconstruir parcialmente un hueso que se encuentra en la parte posterior de la mandíbula. El último trozo de hueso se recuperó en octubre de 2022. El material adicional proporcionó a los científicos la información que necesitaban para describir un nuevo monstruo marino prehistórico.

“Esta investigación ha estado en marcha durante casi ocho años. Es bastante sorprendente pensar que ictiosaurios gigantes, del tamaño de una ballena azul, nadaban en los océanos alrededor de lo que era el Reino Unido durante el Período Triásico”, dijo en un comunicado de prensa el coautor del estudio y paleontólogo de la Universidad de Manchester, Dean Lomax. “Estas mandíbulas proporcionan evidencia tentadora de que quizás algún día se pueda encontrar un cráneo o esqueleto completo de uno de estos gigantes. Nunca sabes».

Con información de Muy Interesante

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Una niña descubre los restos de una nueva especie de reptil

En mayo de 2020 mientras buscaban fósiles en una playa de Devon, en el suroeste de Inglaterra, un padre y una hija de 11 años hallaron restos de una mandíbula de 2 metros que resultaron ser similares a otros encontrados en 2016 y pertenecer a un nuevo tipo de reptil marino, el más grande conocido hasta ahora.

Ocho años de trabajo de investigadores de la Universidad de Bristol y de la Universidad de Manchester han culminado con la descripción una especie desconocida hasta ahora, a la que han denominado ictiosaurio gigante (Ichthyotitan severnensis), que significa «lagarto pez gigante» por su tamaño de más de 25 metros.

Aspecto

El hallazgo, recogido este miércoles en la revista Plos One, habla de una especie de aspecto similar a los delfines actuales pero en versión gigante -el doble de tamaño que un autobús urbano normal- que vivió en el Triásico Superior, en una época conocida como el Rhaetiense.

El análisis de las estructuras internas de los huesos de la última mandíbula encontrada ha confirmado que pertenecen a un ictiosaurio y revelado que el animal aún estaba creciendo en el momento de su muerte.

Los huesos datan concretamente de hace 202 millones de años, a finales del periodo Triásico, cuando los gigantescos ictiosaurios nadaban por los mares mientras los dinosaurios caminaban por la tierra.

Aunque otras especies de ictiosaurios siguieron habitando los océanos durante más años, los investigadores creen que su versión más gigante se extinguió durante el Triásico-Jurásico hace 200 millones de años, y este grupo único de reptiles marinos nunca volvió a alcanzar un tamaño tan grande, que es similar también al de una ballena azul.

Las rocas en las que se han encontrado los fósiles indican «que un cataclismo habría provocado una extinción masiva global del Triásico Tardío, que habría acabado con estos reptiles marinos gigantes».

Estos dos huesos aparecen unos 13 millones de años después que sus parientes geológicos más recientes, el Shonisaurus sikanniensis de la Columbia Británica (Canadá) y el Himalayasaurus tibetensis del Tíbet (China).

Hallazgo

Los primeros restos de mandíbula de ictiosaurio gigante fueron hallados en 2016 cerca de la playa de Lilstock, al suroeste de Inglaterra, por el investigador Paul de la Salle, y descritos en 2018 en una investigación liderada por el paleontólogo experto en ictiosaurios, Dean Lomax, de la Universidad de Manchester, autor también del presente estudio.

En 2020, mientras visitaban el yacimiento, Justin Reynolds y su hija Rubi, de 11 años, descubrieron restos de una nueva mandíbula en la playa de Brauton, una localidad cercana de Lilstock, donde se halló la primera.

«En 2018 mi equipo había descrito la mandíbula gigante que halló Paul de La Salle en 2016, y esperábamos que algún día saliera a la luz otra. Este nuevo espécimen es más completo, está mejor conservado y demuestra que ahora tenemos dos de estos huesos gigantes -llamados surangulares- que tienen una forma y una estructura únicas», explica Lomax.

El paleontólogo reconoce que le sorprendió mucho que Justin y su hija Rubi «reconocieran que la mandíbula encontrada coincidiera con la hallada en 2016» y le contactaran.

La joven investigadora

«Les pregunté si les gustaría unirse a mi equipo para estudiar y describir este fósil, incluido ponerle nombre y no dejaron pasar la oportunidad».

Rubi, que ahora tiene 15 años, es una de las autoras del presente estudio: «Es una Mary Anning en potencia», dice Lomax en referencia a la paleontóloga británica del siglo XIX, autora de importantes hallazgos sobre los lechos marinos del período Jurásico.

«Estas mandíbulas son una prueba tentadora de que algún día podremos encontrar un cráneo o un esqueleto completo de uno de estos gigantes. Nunca se sabe», concluye Lomax.

Los restos fósiles del nuevo reptil marino gigante se expondrán próximamente en el Museo y Galería de Arte de Bristol.

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Hallan una antiquísima piel fosilizada de un reptil

Un equipo de investigadores ha encontrado un fragmento de piel fosilizada que tiene, al menos, 21 millones de años más que los fósiles de piel descritos anteriormente. La muestra, que perteneció a una especie temprana de reptil del Paleozoico, se parece a la de un cocodrilo.

Se trata de la pieza más antigua conservada de epidermis, que fue una parte importante adaptación evolutiva en la transición a la vida en tierra de los reptiles, las aves y los mamíferos.

Los detalles del fósil se describen este jueves en un artículo en la revista Current Biology junto con información de otros especímenes recogidos en el sistema de cuevas de caliza Richards Spur, en Oklahoma.

«De vez en cuando tenemos una oportunidad excepcional de echar un vistazo al pasado» y «este tipo de descubrimientos pueden enriquecer realmente nuestra comprensión y percepción de estos animales pioneros», explica el primer autor Ethan Mooney, de la Universidad de Toronto (Canadá).

Aunque la piel y los tejidos blandos rara vez se fosilizan, los autores creen que esta muestra se conservó gracias a las características únicas del sistema de cuevas en el que se encontraba, que contenían sedimentos de arcilla fina y filtraciones de petróleo y, probablemente, carecían de oxígeno.

El estudio sugiere qué animales cayeron en este sistema de cuevas a principios del Pérmico y quedaron enterrados en estos sedimentos arcillosos que retrasaron el proceso de descomposición.

Addemás, «este sistema de cuevas fue un lugar activo de filtración de petróleo durante el Pérmico, y las interacciones entre los hidrocarburos del petróleo y el alquitrán son probablemente las que permitieron la conservación de esta piel», aclara Mooney.

Aunque el fósil es más pequeño que una uña, el examen microscópico reveló tejidos epidérmicos, una característica distintiva de la piel de los amniotas, el grupo de vertebrados terrestres que incluye reptiles, aves y mamíferos y que evolucionó a partir de antepasados anfibios durante el Periodo Carbonífero.

La piel comparte rasgos con reptiles antiguos y actuales, como una superficie granulada similar a la piel de cocodrilo y regiones articuladas entre las escamas epidérmicas parecidas a las estructuras cutáneas de las serpientes y los lagartos gusano.

Como el fósil de piel no está asociado a un esqueleto ni a ningún otro resto, no es posible identificar a qué especie animal pertenecía la piel.

El hecho de que esta antigua piel se parezca a la de los reptiles que viven en la actualidad demuestra la importancia de estas estructuras para la supervivencia en entornos terrestres.

«La epidermis era una característica crítica para la supervivencia de los vertebrados en tierra firme. Es una barrera crucial entre los procesos internos del cuerpo y el duro entorno exterior», detalla Mooney.

Los investigadores afirman que esta piel puede representar la estructura cutánea ancestral de los vertebrados terrestres en los primeros amniotas que permitió la evolución final de las plumas de las aves y los folículos pilosos de los mamíferos.

Foto referencial

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Decomisan fósil mejor conservado de reptil volador

Un fósil incautado durante una redada policial en Santos Harbour (Brasil) ha resultado ser uno de los reptiles voladores mejor conservados del mundo que se han encontrado, informa la revista PLOS.

La publicación se hace eco de un estudio del científico Victor Beccari de la Universidad de Sao Paulo y de sus colegas.

El fósil hallado pertenece a la especie Tupandactylus navigans y está conservado en seis bloques cuadrados de piedra caliza que fueron decomisados por la policía durante una redada, cuya fecha no especifica el estudio.

Los investigadores de la Universidad de Sao Paulo reunieron esos bloques y examinaron el fósil entero, para lo que tuvieron que llevar a cabo tomografías computarizadas, ya que los huesos estaban ocultos dentro de la piedra.

Para las tomografías computarizadas se emplean ordenadores conectados a máquinas de rayos X que toman imágenes con los detalles del interior de cuerpos o materiales.

Se trata de la primera vez que paleontólogos son capaces de estudiar algo más que el cráneo de este reptil.

Los Tupandactylus navigans son una especie de tapejáridos (Tapejaridae, que significa seres antiguo), un subgrupo de reptiles voladores del Cretácico Inferior (entre hace 145 millones de años y 100,5 millones de años) conocidos por sus grandes crestas y cuyos fósiles son numerosos en Brasil, aunque hasta ahora solo se habían hallado partes de ejemplares.

En este estudio los científicos describen un Tupandactylus navigans del que se ha preservado el cuerpo entero, casi intacto, y que incluso cuenta con restos de tejido blando adheridos a los huesos, por lo que es el esqueleto de un tapejárido más completo jamás encontrado en Brasil.

Su descripción sugiere que esta especie buscaba comida en la superficie terrestre, y no durante sus vuelos, ya que tiene un cuello largo y sus miembros son grandes, aparte de contar con una cresta de tan grandes dimensiones que podría afectarle negativamente para volar.

Aun así, el ejemplar presenta unas características que indican que está adaptado para llevar vuelos con potencia porque cuenta con una fuerte estructura muscular en los huesos del brazo. Tiene, además, una poco habitual cresta en su barbilla.

Reaparece reptil que fue dado por extinto durante todo el siglo XX

Una llamativa lagartija con un cuerno en la nariz ha sido reencontrada en la isla de Sumatra (Indonesia) después de casi 130 años sin ser avistada. La especie se conocía por un único animal capturado y disecado en los años 1891 por el biólogo italiano Elio Modigliani, de quien obtuvo posteriormente su su nombre.

Hace dos años un investigador halló por casualidad un cadáver del ‘Harpesaurus modiglianii’ en el antiguo cráter del supervolcán Toba y no pudo identificarlo por sí solo. Entonces, lo llevó a otros expertos que lo compararon con la primera muestra guardada en un museo de Italia.

No obstante, hubo una diferencia entre ambos especímenes que no pudo pasar desapercibida: el color, dado que el lagarto de Modigliani era azul claro, mientras que el nuevo era verde. Los científicos ofrecieron dos posibles explicaciones a esto: el estado de preservación de la antigua muestra y la capacidad del animal de variar colores.

Sin embargo, el estudio sobre el redescubrimiento del reptil, publicado a finales de mayo pasado en la revista indonesia Taprobanica: The Journal of Asian Biodiversity, no se enfocó en los cadáveres, sino en un hallazgo nuevo.

El biólogo Chairunas Adha Putra, quien había encontrado la lagartija muerta, regresó al lugar para buscar una viva y tuvo éxito meses después. Esta vez, el breve cautiverio no le costó la vida al lagarto: Putra le tomó fotografías, medidas, observó su comportamiento y la liberó ese mismo día de captura.

Aunque el reptil del cuerno nasal deja de considerarse como extinto, corre todavía el peligro de desaparecer definitivamente.

Los autores se muestran preocupados por su futuro, porque los bosques donde encontraron el ejemplar vivo están amenazados por una intensa tala de árboles y la presencia de maquinaria pesada. Las autoridades que gestionan las tierras estiman que se debería “pensar en proteger el hábitat de H. modiglianii y otros raros taxones de montaña y aplicar rigurosamente las leyes existentes, especialmente las relacionadas con la tala”.

+VIDEO| ¡TREMENDA SORPRESA! Familia quedó horrorizada al descubrir enorme caimán en su piscina

Una familia de Florida, Estados Unidos, quedó horrorizada al encontrar un enorme caimán dentro de su piscina el último lunes.

La Oficina del Alguacil del condado de Sarasota publicó el video en sus redes sociales. En él, se puede ver cómo el reptil es retirado de la piscina privada de la familia gracias a los miembros de la Comisión de Pesca y Vida Silvestre de Florida.

Las autoridades indicaron que el caimán es una hembra de dos metros de largo y que ya fue reubicado sin causarle ningún daño.

«Por suerte, estos propietarios tomaron un segundo vistazo esta mañana antes de saltar a la piscina para iniciar su Memorial Day», señaló la policía en Facebook.

Más tarde, las autoridades comunicaron que «como seguimiento a la historia del cocodrilo del lunes, supimos que la llamada inicial del 911 vino de una joven que estaba limpiando la piscina de la familia».

Asimismo, la policía mandó advertencias para que la gente tenga más cuidado: «¡¿Quién lo hubiera pensado?! Que esto sea un recordatorio de que es la temporada de apareamiento en la Florida y estas criaturas, especialmente las hembras, están en movimiento buscando zonas para poner huevos. Con esto dicho, es probablemente seguro asumir que cualquier cuerpo de agua, independientemente de qué tipo, puede ser atractivo para este tipo de reptil».